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🟠 Vuelta al atril
Enfoque Personal #123
Vuelta a la realidad 💻
Tras el lanzamiento de Apple Vision Pro, Apple pone los pies en la realidad (literalmente) para planificar los lanzamientos de nuevos productos en primavera. Previsiblemente Apple actualizará el MacBook Air en ambos tamaños, tanto 13 como 15 pulgadas, así como los iPad Air y iPad Pro. Todos estos productos vendrían con procesador Apple Silicon M3, y los iPad Pro serían los primeros iPad en traer pantallas OLED. Como nota exótica, podríamos ver un iPad Air de 12,9 pulgadas y el habitual nuevo color para el iPhone 15, para relanzar las ventas del modelo.
Estas actualizaciones esperadas vendrán a traer algo de alegría homogénea al mundo Apple. El lanzamiento de Apple Vision Pro se me antoja algo agridulce. Para mí es un dispositivo espectacular desde el punto de vista tecnológico, con un precio elevado pero creo que barato para todo lo que lleva. Otra cuestión es la verdadera demanda que puede existir, una vez saciada la curiosidad; sigo sin entender qué problema viene a resolver este dispositivo.
Se está viendo en redes sociales una especie de “moda” de devolver el Apple Vision Pro, pero no alcanzo a vislumbrar si se trata de clientes genuinamente insatisfechos o de gente a la caza de reproducciones para sus vídeos donde explican los motivos de la devolución e incluso muestran el proceso. No creo que sea un movimiento cuantificablemente importante, pero no recuerdo algo similar; no recuerdo una oleada de vídeos de YouTube titulados “Devolviendo mi iPhone nosequé”, incluso aunque el porcentaje de devoluciones de cualquier iPhone sea muy superior al del Apple Vision Pro.
Creo que hay que dejar que el Apple Vision Pro crezca, que su sistema operativo evolucione y que la línea de producto vaya avanzando, sin que estemos todos tan encima. Por ello, las novedades de hardware de primavera y todo lo que supone iOS 17.4 en la Unión Europea, supondrán para Apple un respiro, un alivio de la presión sobre el que ahora es su producto estrella.
Vuelta a ARC 💪🏻
En el capítulo 285 de Weekly contaba como me he “caído de la tabla” del ARC, el sistema productivo que ahora practico. “Caerse de la tabla” es el eufemismo que usa la teoría del GTD para definir ese momento en el que te alejas del método y dejas de seguirlo estrictamente, momento en el cual tu sistema deja de ser confiable y tienes que volver a empezar.
Como contaba en el podcast, me he hecho varios propósitos para recuperarme, algo que debería ser fácil, o al menos no difícil. Mi sistema no se ha deteriorado hasta el punto de no ser confiable, pero dista mucho de ser lo que debería ser. Tengo claro muchas cosas de las que debo hacer y, para el resto, está el nuevo libro de ARC.
Cuando en su momento profesaba la religión del GTD (no se puede denominar de otra forma) me sabía muchísimos de sus preceptos DE MEMORIA, y he fallado a la hora de asumir de igual forma el nuevo método. Por eso me estoy leyendo el nuevo libro como si fuera un libro de texto y tuviera que aprendérmelo para pasar un examen.
Así que, de memoria, te cuento que los cuatro pasos del ARC son CTAA, a saber:
Capturar
Transformar
Actuar
Actualizar
Estoy ahora en el capítulo sobre Capturar. Cuando daba seminarios de GTD siempre les decía a los alumnos que se trataba de un sistema complejo que requería mucho sacrificio pero que si se iban a quedar con sólo uno de sus aspectos, que trabajaran en interiorizar la captura. Apuntar todos los inputs que te llegan para después ver qué hacer con ello es la base de cualquier sistema productivo que se precie. “¿Apuntar las tareas?” me preguntaban los alumnos; “¡No!”, respondía yo, “Apuntarlo TODO, y ya veremos después son sin tareas, información o algo que no nos sirve de nada”. Capturar es algo que siempre se me ha dado bien y con lo que no tengo problema, pero no sobra repasar de nuevo la teoría al respecto.
Vuelta al atril 🎼
Este fin de semana tengo actividad musical, por primera vez en años. Más allá del trato constante que tengo con mis amigos más cercanos, los ex-compañeros del coro estamos bastante en contacto. Incluso hemos quedado a comer en varias ocasiones, y hemos manifestado la intención de que esas reuniones ocurran un par de veces al año.
Se me ocurrió que, la próxima vez que nos juntáramos a comer, podríamos intentar cantar algo, así que me puse a darle vueltas a la cabeza, dando a luz el siguiente plan: ensayamos sábado por la tarde, cantamos la misa de 12 del domingo y después nos vamos a comer a un restaurante en la huerta.
Dicho y hecho. Les conté el plan a unos cuantos y lo recibieron con entusiasmo, formando un núcleo duro que se comprometía a venir al ensayo. De esta forma el resultado musical quedaba asegurado aunque otros no vinieran a ensayar y aparecieran directamente a cantar la misa. Definir el repertorio ha sido más complicado de lo esperado, porque se trata de buscar obras acordes al tiempo litúrgico y no demasiado complicadas, para asegurar el resultado.
El caso es que ayer tuvimos el ensayo y hoy, a las 12:00, en la Iglesia de Santa Maria Madre de la Iglesia de Murcia (en el barrio de Vistalegre), cantaremos la misa.
En el momento de escribir estas palabras estoy inesperadamente nervioso. No hay ninguna posibilidad de que esto salga mal, porque somos muy buenos, porque el repertorio está muy controlado y porque la gente ha estado estudiando en casa. Así que no sé si los nervios son por volver a cantar, por volver a dirigir, o por someterme al escrutinio de mis compañeros, muchos de los cuales han seguido cantando durante estos años y han conocido otros directores, mucho más cualificados que yo. Es un poco tarde para sentir el síndrome del impostor musical, máxime cuando ya no estoy en activo, pero la mente humana nunca desaprovecha una oportunidad de jugarte malas pasadas.
Y ya está.
Espero haberte resultado una grata compañía para tu desayuno del domingo. La semana que viene te cuento cómo nos ha salido la misa 🤗