🟠 Nos atacan los aliens

Lo del anuncio 🤦🏻‍♂️

Durante la presentación de los nuevos iPads Apple nos mostró un anuncio para la TV donde se veía una prensa hidráulica aplastando numerosas herramientas y dispositivos para, al final, levantar la prensa y mostrar ahí el nuevo iPad Pro. La idea no es nueva, de hecho no sabemos si este anuncio copia u homenajea a otro similar que lanzó LG en 2008 para uno de sus teléfonos. Lo que sí sabemos es que el resultado no ha sido el esperado.

Diversos publicistas, creativos y todo tipo de personas se han referido al anuncio como de mal gusto, ya que se recrea en la destrucción de instrumentos y herramientas que son la materialización de la creatividad humana y del arte de nuestra sociedad y de las pasadas. Si en vez de ejecutar esa compresión de objetos Apple hubiera lanzado la plancha de abajo a arriba rápidamente, mediante un efecto digital, sin que nadie viera un piano, una trompeta o una guitarra explotar en mil pedazos, el mensaje hubiera sido el mismo y la reacción no hubiera sido tan adversa.

El anuncio no fue realizado por ninguna agencia, sino por la propia Apple en su departamento de marketing. Precisamente ha sido el vicepresidente de marketing de Apple, Tor Myhren, el que ha salido a dar explicaciones.

El teclado ⌨️

Pese a lo mucho que he escrito y dicho al respecto, y todos los buenos propósitos que me he marcado, me sigue costando muchísimo escribir textos largos en el iPhone. He superado ese problema en lo que respecta a la creación de contenidos perseverando en el uso del mini teclado bluetooth, sobre todo de forma programada, esto es, sé que voy a estar en tal sitio en tal situación y me llevo el teclado para aprovechar para escribir tal cosa, como ahora mismo, que he escrito guiones y estoy escribiendo esto mientras desayuno en una cafetería próxima a la Comisaría de Policía donde voy a renovarme el pasaporte. Sigue sin ser óptimo pero cuando llevo cinco minutos escribiendo adquiero un ritmo más que aceptable.

Pero la parte del “ocio” sigue penalizada, en concreto y principalmente la app Diario de iOS. Me gustaría escribir más reflexiones sobre mi día a día; siempre que la app me sugiere que anote algo sobre algún evento me pilla con ganas de hacerlo y con cosas que anotar, pero la perspectiva de hacerlo con el teclado táctil de echa para atrás, porque no siempre es posible sacar el teclado bluetooth. Al respecto de esto he decido… pasar 🤷🏻‍♂️; no se pueden tener todas las virtudes ni conseguir todo lo que uno se propone y esto es uno de mis talones de Aquiles. Cuánto antes lo acepte más feliz seré.

Cuando Diario esté en macOS, ya escribiré más. Soy un completista, cierto; me martiriza hasta cierto punto tener cosas que escribir que no he podido escribir, cierto. Pero también tengo que aprender a vivir con eso y… pasar 😅. Y este si es un verdadero propósito que debo perseguir. He decidido que mi crisis de los 50 va a consistir en dejarme el pelo largo, pero ahora voy a añadir algo más: aprender a pasar 😎.

Esta semana, en Emilcar Daily Premium… 🟡

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Nos atacan los aliens 👽

Este pasado viernes tuve una experiencia inmersiva de videojuego en realidad virtual como no había tenido nunca. Literalmente, porque fue la primera vez que usaba algo así por lo que no tengo forma de comparar, aunque sí puedo decir que quedé MUY impresionado.

Mi gran amigo Fran Molina fue el organizador de la partida, y tuvo bien acordarse de mí e incorporarme a un equipo formado por sus amigos de toda la vida, quienes me acogieron como uno más.

La experiencia tuvo lugar en Virtual Zone, en el Centro Comercial Zig-Zag de Murcia. El juego al que jugamos es una historia futurista de invasión alien donde la batalla final tiene lugar en Murcia, por lo que recorrimos algunos de los escenarios más emblemáticos de nuestra propia ciudad. La experiencia gráfica no era híper-realista, pero casi que lo prefiero, porque el nivel de detalle y profundidad fue más que suficiente para hacerme pasar por múltiples sensaciones. Hubo un momento en que teníamos que cruzar por una pasarela, con una caída debajo de 10 metros. Yo sabía de sobra que no me podía caer, porque estaba en realidad en una habitación enorme enmoquetada y no había dónde caerme, pero aun así uno de mis nuevos amigos tuvo que cruzar la pasarela en sentido contrario para guiarme, porque llegué a bloquearme y a pensar que no iba a ser capaz de cruzar.

Una vez en el otro lado, una plataforma sobre un rail debía de bajarnos esos diez metros, y realmente tuve la maldita sensación de que estaba bajando diez metros y que estaba en la plaza Belluga con medio equipo mientras que el otro medio seguía en la tercera planta del edificio Moneo, sede del ayuntamiento.

He pedido permiso a los compañeros y me han autorizado a compartir aquí el vídeo que nos mandaron de Virtual Zone tras nuestra partida.Os servirá para haceros una idea aunque ya advierto que ver este vídeo no te transmite en absoluto la sensación de vivir esto en persona.

Tras la partida estuvimos preguntando al personal por la parte técnica de la experiencia. Cada jugador tiene un ordenador asignado que corre el juego para él, y lo manda por streaming al casco de realidad virtual (que no tuve ningún problema en usar pese a llevar gafas). El suelo de la habitación supongo que tendrá unas balizas digitales sobre las que se ha mapeado el juego, y en el techo hay media docena de routers Wi-Fi gigantescos que se aseguran de proporcionar latencia cero a toda la experiencia.

Como he dicho, es la primera vez que hago algo así pero no va a ser la última. Ya he comentado el tema con los amigos con los cuales jugué a Xbox hace una semanas. Ha llegado el momento de levantarnos del sofá.

Y ya está.

Espero que esta mezcla de temas te haya acompañado razonablemente bien en tu desayuno de domingo, en esta bonita mañana de Pentecostés. Hoy en casa celebramos el santo de mi mujer, Rocío, por lo que será para nosotros un día muy especial.

¡Hasta la próxima!