La primera de julio 🌞

Se va acabando el curso. Quedan cuatro ediciones de esta newsletter antes de que comience el descanso estival. Atesóralas. Paladéalas. Líbalas.

El corazón de la fragua 🔥

Todo parece indicar que el próximo viernes se abrirán las reservas para el nuevo MacBook Air M2, llegando a sus compradores y saliendo a la venta oficialmente el viernes 15. Existe una ansiedad excepcional por que este dispositivo llegue a las manos de sus propietarios y en especial a las de aquellos creadores de contenido expertos en hacer análisis rigurosos, lejos del abrazafarolismo que destaca a muchas de las publicaciones con más audiencia. Esta semana he comentado tanto en Emilcar Daily como en Weekly que, gracias al canal de YouTube Max Tech, se han conocido los muchos problemas de diseño que tiene el MacBook Pro 13’ M2, ya a la venta. Ante las grandes diferencias de carga térmica que parece presentar el nuevo procesador con respecto al M1, hay verdadero interés en ver cómo un equipo con disipación pasiva como el MacBook Air va a poder lidiar con las temperaturas que se desatan en cuanto el procesador se tiene que emplear a fondo. Si estas esperando VISA en boca a que salga este nuevo equipo, te aconsejo encarecidamente que esperes a ver la review de Max Tech.

Tic-toc, tic-toc, tic-toc 🕰

La ansiedad (a niveles perniciosos) es uno de los factores negativos que debemos tratar de controlar en nuestra vida en general y en nuestra faceta laboral en particular. Cuando ahora me enfrento los jueves a toda una jornada laboral para dedicarle a Emilcar FM, suele atacarme un pulso negativo de presión que me dice que tengo que aprovechar al máximo cada uno de los minutos que discurren desde las 8am. Con frecuencia me paro en varios momentos de la mañana para hacer balance de lo que llevo hecho, y surge en mí un auto-reproche involuntario si mi fuero interno no “aprueba” lo hasta ese momento conseguido. El jueves pasado, con los niños en casa por vacaciones, Rocío en el trabajo y la asistenta ausente, lidiar con mis tres vástagos me ofreció una perspectiva diferente acerca de la ocupación del tiempo. Cierto es que no pude alcanzar toda la actividad que suelo abarcar cuando estoy solo, pero no es menos cierto que acabé el día con una inapelable sensación del bien cumplido, de máxima productividad, de getting things done. La jornada de este jueves me ha recordado una máxima que preside mi vida desde que comencé a tener hijos: cuanto menos tiempo disponible tienes, mejor lo aprovechas 😅

Compañera 🎙

Este pasado viernes tuve a mi mujer, Rocío, como invitada en Weekly, para explicarnos cómo un inofensivo tweet suyo, celebrando la defensa de su tesis doctoral, se volvió viral en pocas horas, a un nivel por debajo de ElRubius pero muy por encima de nada que yo haya conseguido. Una vez más, fue tan sencillo como encender los micrófonos, decir de qué íbamos a hablar y hacerlo, sin guión, sin acordar nada, sólo fluyendo. La vida me ha regalado la posibilidad de hacer podcasts con aquellos a los que considero mis mejores amigos, resultando estos unos maravillosos podcasters y excelentes co-hosts. Pero la química ante el micrófono (y fuera de él 😘) que tengo con Rocío es, a mi entender y al de muchos oyentes, de otro nivel. Con frecuencia la audiencia nos ha reclamado que hagamos un podcast juntos de forma fija, pero el día a día en casa lo impide: cuando uno de los dos sale a nadar, el otro debe guardar la ropa. No obstante, la vida es larga y yo la voy a seguir viviendo con ella; en cuanto los zagales crezcan un poco más y nos dejen vivir, atacaremos ese proyecto juntos que queremos y merecemos hacer.

Control parental 👩🏻🧒🏼👦🏻

Esta semana, Miguelito (3) ha estrenado limitaciones de tiempo en el uso de su iPad, al igual que sus hermanos mayores, que ya lo reclamaban para él (“¡No es justo!”). También he andado refinando las restricciones de Emilio (9) y sobre todo de Isabel (11), quien cerca ya de los 12 años, me plantea los desafíos propios de su edad. Rocío ha leído que algunos expertos en relaciones familiares recomiendan sobremanera la firma de un contrato de uso del teléfono móvil, un documento en el que negro sobre blanco se expongan todos los permisos, restricciones y privilegios, así como las consecuencias de su incumplimiento; supuestamente, el hecho de firmar tal documento entre las partes refuerza el compromiso del menor por cumplir lo pactado. Sinceramente, no me encuentro cómodo firmando documentos con mis hijos durante su minoría de edad. El establecimiento de los nuevos límites de mi hija debe venir del consenso, de un diálogo en el que las partes expresen sus necesidades y principios y se comprendan mutuamente. Este sábado pude hablar con ella y explicarle mi reconocimiento de su necesidad de comunicarse con sus congéneres, así como mi preocupación de que una comunicación constante la aleje de una presencia efectiva y activa en casa, o donde quiera que se encuentre. Hemos establecido unos nuevos parámetros y un plazo de revisión. Yo he tomado la iniciativa unilateralmente en esto, así que tengo claro que si la cosa no funciona tendré que ceder a la presión contractual de Rocío quien, desde que es doctora en Derecho, está insoportable 😉

Y ya está.

Muchas gracias por tu tiempo leyendo esta newsletter, que hoy sale algo más tarde por motivos lúdico-festivos que desvelaré mañana lunes en Emilcar Daily. ¡Hasta la semana que viene!