🟠 La pastilla

Enfoque Personal #113

Qué puede hacer por ti iOS 17.1 💪

Esta pasada semana Apple lanzó la versión definitiva de iOS 17.1 y la equivalente del resto de sistemas operativos. Esta actualización trae algunas cosas que merece la pena que conozcas.

  • AirDrop es una de las funcionalidades más interesantes de Apple y una de las grandes beneficiadas de las actualizaciones de 2023. El sistema de transferencia de dispositivo a dispositivo ha ganado mucha fiabilidad y velocidad. Con iOS 17.1 la transferencia iniciada seguirá por conexión móvil si los dispositivos dejan de estar bajo la misma Wi-Fi.

  • Apple Music ahora te permite marcar como favoritos artistas, canciones, álbumes y listas de reproducción. Con ello será capaz de aprender más de ti y tus gustos y hacerte mejores recomendaciones. Esta funcionalidad ha sido trasladada de Apple Music Classical, donde está desde el principio.

  • En reposo es un nuevo modo de la pantalla del iPhone que ha provocado un curioso incremento de las ventas de soportes MagSafe. En iOS 17.1 tienes tres modos distintos de apagado de la pantalla: automático (el que estaba) tras 20 segundos y nunca.

  • Usar el flash como linterna es una de las funcionalidades principales que damos a nuestros dispositivos de más de 1.000 €. Ocurre con una frecuencia pasmosa que la gente olvida que tiene la linterna encendida, con el consiguiente calentamiento del dispositivo y merma de la batería. En iOS 17.1 los iPhone 14 Pro ganan una funcionalidad de los iPhone 15, un indicador en la Isla Dinámica que avisa de que la linterna está encendida. Vamos directos a la extinción.

  • Hasta ahora podías elegir imágenes de naturaleza, edificios o personas para que, aleatoriamente, aparecieran como pantalla de bloqueo. En iOS 17.1 también puedes elegir álbumes concretos, pero yo no he conseguido hacerlo en mi iPhone. Por cierto, en mi iPad Pro 10,5 no puedo elegir fotos de personas para ese cometido; no sé si es una cuestión de que necesita un procesador de mucha más potencia para tamaña labor o que simplemente no se puede hacer en un iPad. Si tienes un iPad con Apple Silicon comprueba lo que te digo para que yo pueda terminar de cabrearme.

La pastilla 💊

El jueves y el viernes estuve en Madrid para asistir a los Podcast Days, un evento profesional de podcasting acerca del cual voy a escribir en mi newsletter sobre podcasting del próximo martes. De la sesión del jueves salí sobre las 20:30 con un par de trozos de pizza en el cuerpo. Podría haberme quedado más tiempo, pero en ese momento se activó un ambiente festivo que me quedaba grande. Una DJ comenzó a pinchar con mucha marcha y la cerveza comenzó a circular; las luces se bajaron, se encendieron los neones y yo supe que era el momento de marcharme.

Mi hotel estaba próximo así que me fui allí, pero la habitación no era lo suficientemente cómoda para estar más tiempo del necesario, así que salí de nuevo a la calle a completar, acaso frugalmente, mi cena. Después de eso seguía siendo temprano, por lo que decidí dar un paseo bajo la fresca noche madrileña 🥶 escuchando podcasts (en concreto Cliff & Hanger) y dejándome arrollar por el bullicio de la capital.

Tengo que reconocer que Madrid me abruma. Siempre que voy, por turismo o a algún evento de podcasting, tengo la misma sensación que Paco Martínez Soria en su gran película “La ciudad no es para mí”. En la imagen que de mí mismo proyecto en mi cerebro, me veo con boina y una gallina en una cesta. Y creo que la sensación no mejora con la edad, sino que empeora considerablemente.

Llegué a Gran Vía por Fuencarral y la recorrí en dirección Callao. Los muchos comercios ya cerrados a esa hora no restaban un ápice de magnificencia a la calle, cuyas aceras estaban bastante atestadas de un crisol de razas y culturas. Llegado al edificio Carrión pillé el legendario anuncio de Schweppes completamente encendido y no pude resistirme a hacerle una foto.

En ese momento me sentí un poco perdido, sin saber qué hacer y completamente desplazado. ¿Qué demonios hago yo un jueves por la noche de octubre paseando por Madrid, cuando mi sitio es el sofá de casa con Rocío tomando una infusión y viendo una serie? Seguramente el agotamiento del día me dejó más melancólico de lo que esperaba. Bajé por Callao con la idea de coger el metro en Sol y subir hasta Tribunal, donde estaba mi hotel (aparthotel, para ser más exacto). El trayecto andando no era mucho, pero me dio por ahí.

Al pasar por la puerta de FNAC pude ver que estaba abierta y con cierto ambiente festivo. “Día del Socio, música en directo” rezaba un cartel en la puerta. En la planta baja te recibía una maraña de empleados que te daban una totebag (¿se escribe así, hija?) con chucherías y algunos panfletos. A continuación una réplica funcional de Kit, el coche fantástico. Un señor decidió hacerse 1000 fotos, poniéndose de pie junto a él y apoyando una mano en casi todas las partes de la carrocería, como quien se apoya en un elefante que acaba de cazar. El tipo estaba más serio que un ajo y unas amigas le tiraban las fotos con un teléfono Android que debía tener la edad de mi hijo Emilio, a tenor de lo que tardaba en tomar cada foto. La educación con la que el resto de gente se paró para permitir el reportaje no fue correspondida por este tipejo, que hasta que no se tomó todas las fotos que quería no dejó a Kit tranquilo, dándole igual toda la gente que esperaba para pasar.

Cada planta que subía de la FNAC me deparaba una nueva sorpresa. En la segunda, por ejemplo, me recibió otra DJ enfervorecida, rodeada de gente muy moderna bailando. La tercera planta olía por completo a comida, porque estaban sirviendo todo tipo de aperitivos calientes, que amablemente pude rehusar hasta en cuatro ocasiones (debieron verme desmayado). Llegué hasta la planta de los libros pensando encontrar un ambiente más sosegado, pero era casi la peor; para empezar un señor me regaló un libro y pretendía que hiciera cola para que me lo firmara su autor. Para continuar, había una cola tremenda y un gran ambiente de excitación para que dos autoras también desconocidas para mí firmaran ejemplares de sus libros, prestándose además a tomarse fotos con los fans. Para terminar, donde se suponía que debería haber un mostrador con caja para pagar, había un serpentín de cerveza, con una joven con la camiseta anudada sobre el ombligo tirando cañas como si no hubiera un mañana y moviéndose al son de la música que atronaba por la megafonía. En ese momento recibí una notificación de mi reloj; Recordatorio de medicación. Es hora de registrar tus medicamentos de las 23:00.

Y yo supe que era el momento de marcharme 😅

Y ya está.

Muchas gracias por el tiempo que has dedicado a leerme. Han sido unos días extenuantes y pese a ello escribo estas letras en el AVE de vuelta, para tenerlo todo fresco y conseguir que, aunque tú estás desayunando tranquilamente un domingo por la mañana, sientas un poquito que estabas conmigo en esa enloquecida noche otoñal en Madrid. ¡Hasta la semana que viene!