🟠 In a moment, in the twinkling of an eye

Enfoque Personal #108

Lo más bello de macOS Sonoma 🖼️

Este año la actualización del sistema operativo del Mac no se va a hacer esperar. En vez de quedar desplazada a octubre, junto con el lanzamiento de nuevos ordenadores, va a salir este mismo martes (lo cual significa que hasta noviembre o febrero no veremos nuevos Mac 😕). Yo ya tengo esa versión final del nuevo sistema, macOS Sonoma, porque he estado usando la beta desde principios de agosto. Para mi uso, siempre se ha comportado bien y se ha mostrado muy estable. Sólo en las últimas versiones se ha roto la compatibilidad con Default Folder, cosa que he solucionado usando a su vez la beta de dicha aplicación. Podría comentar muchas cosas de las novedades de macOS Sonoma, pero voy a dejar eso para Weekly (que no me quiero poner denso un domingo por la mañana) y voy a hablarte de algo lúdico-festivo: los nuevos salvapantallas y fondos de pantalla.

Apple nos suele ofrecer mucha belleza en la creación de sus salvapantallas y fondos de pantalla para todos sus sistemas operativos, pero es una belleza efímera, porque cuando viene la siguiente actualización los diseños anteriores suelen desaparecer, a excepción de algunas reediciones especiales, como el mítico fondo de pantalla de los peces payaso que acompañó al primer iPhone en su lanzamiento y que Apple recuperó hace poco. Seguramente las nuevas (y algo caóticas) posibilidades de combinar distintos fondos en iOS han animado a Apple ha ser menos expedita en cuanto a la caducidad de sus diseños, y en MacOS Sonoma llevan esta idea a su perfección, con un menú de fondos de pantalla como nunca habíamos visto antes.

Colecciones de fondos de pantalla de MacOS Sonoma: Dinámicos, Paisaje, Paisaje urbano, Bajo el agua, Tierra, Vistas aéreas aleatorias

Como puedes ver en la captura disponemos de un montón de temas de lo más sugerente, destacando el primero (Fondos de pantalla dinámicos) que recupera junto con otros todos los fondos de pantalla oficiales desde macOS Catalina, adaptándolos a las nuevas funcionalidades del sistema operativo. Las pequeñas flechas que hay junto a algunos nombres nos indican que no están descargados en el equipo, cosa que ocurrirá en cuanto los seleccionemos; de esta forma Apple puede dar rienda suelta a su imaginación y crear salvapantallas y fondos de pantalla en calidad 4K sin miedo a que saturen el disco del usuario, dado que éste sólo va a tener descargados aquellos que use.

En cuanto a salvapantallas, nos encontraremos con una ventana de selección muy similar a la de los fondos de pantalla, pudiendo disfrutar de algunos de los míticos vuelos sobre ciudades y paisajes que se han hecho famosos en el Apple TV.

La sección de salvapantallas y fondos de pantalla ha sido para mí un motivo de seguimiento y preocupación en cada sistema operativo de Apple que he usado desde macOS X Tiger, y nunca ha estado a la altura del gusto estético de la compañía… hasta ahora.

Yo uso cuatro escritorios en el Mac y me gusta que presenten fondos de pantalla distintos para que un simple vistazo me indique dónde estoy. El número 1 tiene tonos verdes, el 2 amarillo/naranja, el 3 rojo y el 4 azul. En estos momentos tengo puestos distintos paisajes que cumplen con ese código de colores. Cuando me aburro uso fondos dinámicos (que alteran su tonalidad en función de la hora), luego colores planos, luego paisajes urbanos… Ahora puedo elegirlos con toda comodidad 🤗

In a moment, in the twinkling of an eye 👁️

Escribo estas palabras desde una bolera. ESTOY EN UNA BOLERA. Como puedes suponer no estoy aquí por voluntad propia sino porque me ha tocado acompañar a Isabel, que ha decidido venir aquí a jugar una partida para celebrar su cumpleaños con unas amigas. Habré ido a una bolera unas tres veces y todas fueron a principios de este siglo (tremenda data). Supongo que el negocio ha evolucionado mucho en estos años; ahora aquí se celebran cumpleaños con merienda o cena y, al menos en ésta, la bolera forma parte de un gran salón de máquinas recreativas como los que yo solía frecuentar en mi infancia.

Pero la similitud se acaba en el nombre. En mis tiempos el videojuego convencional dominaba los salones, y se hacía acompañar quizá por una o dos mesas de billar, un par de futbolines y acaso algunos pinball. Hoy sólo he encontrado aquí tres videojuegos “puros” (Halo, The Walking Dead y Jurassic Park) mientras que el resto de entretenimientos se focalizan en juegos físicos como lanzar a una canasta, chutar a portería, disparar con una pistola de bolas de goma, golpear con un martillo de espuma y cosas similares. Incluso los videojuegos “puros” que he citado no son como los de mis tiempos; ya no hay aquí máquinas convencionales con una pantalla, un joystick y cuatro o cinco botones. Estos videojuegos van montados en cabinas gigantes con suntuosos asientos y reproducciones a escala de las armas del videojuego a modo de mandos.

La máquina brutal de Halo junto a la de The Walking Dead

Supongo que estos establecimientos se adaptan al paso del tiempo, porque si alguien quiere jugar a un videojuego convencional con un mando convencional, se queda en su casa con su PlayStation o su Xbox.

Yo también me estoy adaptando al paso del tiempo. Aquellos de vosotros que me lleváis ventaja en esto de la paternidad sabéis que, llegada una edad, los hijos crecen a una velocidad de vértigo y de pronto pasas de reservar un parque de bolas a estar acompañando a unas zagalas de trece años a una bolera. Y tengo entendido que el paso al siguiente tramo es todavía más fugaz, cuando pasan a no necesitar acompañamiento, más allá de que te llamen para recogerlas en coche de alguna ubicación de ocio remota a unas horas intempestivas. Y si pestañeo, ya no recibiré llamadas de nadie, sino que seré yo el que llame para ver si van a venir el domingo a comer. Mi padre cumplió este viernes 75 años y seguro que está afirmando con la cabeza mientras lee estas palabras.

Tú a lo mejor piensas que estoy exagerando. Puede ser, porque soy muy dado a ello y por eso te gusta leerme y escucharme, aunque no es menos cierto que esta vida es así, tener hijos es esto.

Y creo que el truco está precisamente en no pestañear.

Pero no para que el tiempo no pase, si no para no perderme nada de sus vidas.

Y ya está.

Termino de escribir estas palabras en una hamburguesería, sentado en una mesa distinta para que ellas estén en su salsa y se lo pasen bomba, cosa que están haciendo. Espero que igualmente tú hayas disfrutado de esta lectura y que me regales tu tiempo también el próximo domingo.