¡Hola! ¿Estudias o robas iPhones? 🤯

Weeklyletter #84

Alarma por robos de iPhone en USA 🇺🇸

El Wall Street Journal ha publicado una completa investigación acerca de cómo se está convirtiendo en tendencia los robos de iPhone en Estados Unidos, perpetrados en lugares públicos previa interacción con el propietario. Aquí te dejo también un comentario de 9to5Mac al respecto, ya que el artículo original es de pago. No obstante, el artículo comienza con un vídeo de 8 minutos que sí puedes ver. La premisa inicial del vídeo y del artículo es muy poderosa:

En las primeras horas del fin de semana de Acción de Gracias, Reyhan Ayas salía de un bar en Midtown Manhattan cuando un hombre al que acababa de conocer le arrebató su iPhone 13 Pro Max.

En unos pocos minutos, la economista sénior de 31 años en una startup de inteligencia laboral ya no pudo acceder a su cuenta de Apple ni a todo lo que tenía adjunto, incluidas fotos, contactos y notas. Durante las siguientes 24 horas, dijo, unos $10,000 desaparecieron de su cuenta bancaria.

Joanna Stern, la periodista que firma esta investigación, es una profesional seria con una alta reputación en el mundo de las noticias tecnológicas, por lo que entiendo que su investigación es asimismo seria y no la ha encargado El Mundo Today o The Onion. Sorprende aún más la confirmación por parte de las autoridades policiales de que hay profesionales de este tipo de robos, que vigilan a la potencial víctima en el bar durante toda la noche mirando cómo introduce su código en el teléfono cada vez que lo quiere usar, hasta que consiguen averiguarlo.

Aquellos que más sabemos de tecnología solemos tener una especie de ceguera que nos lleva a no entender que la población civil no tiene el mismo control de la tecnología básica que tenemos nosotros. Sin embargo, tener esto claro no evita que, al ver el vídeo, haya pensado si es que esta gente es imbécil y que cómo es posible que este país sea la primera potencia mundial. Cuando Stern reclama a Apple medidas para evitar este problema, reduciendo el “poder” del código de acceso, se está olvidando de que toda cadena se rompe por su eslabón más débil, en este caso el usuario. Estamos ante un ataque de ingeniería social, no una brecha de seguridad que se pueda solucionar en la próxima actualización. No obstante, sí me parece muy triste que, ante hechos así, los usuarios puedan perder para siempre sus cuentas de iCloud, merced a las mismas salvaguardas creadas para protegerles.

Stern propone tres medidas finales para que esta gente, que al parecer no conoce FaceID ni TouchID, puedan ser menos vulnerables a este tipo de ataques:

  • Hacer más complejo el código de acceso (6 números o incluso alfanumérico, algo que se puede hacer y nadie hace).

  • Eliminar contraseñas bancarias del gestor de contraseñas o (mejor) usar un gestor de terceros como 1Password.

  • Borrar fotos de nuestro carrete que contengan información crítica, como números de DNI y cosas de esas.

Curiosamente mi cuñao Paco me enviaba esta semana un reel donde un fulano daba también dos consejos para mantener más seguro tu iPhone, consejos que yo ya tengo aplicados desde hace tiempo. A saber:

  • Ajustes → FaceID y Código → Permitir acceso mientras está bloqueado → Desactivamos Centro de Control y Accesorios

  • Ajustes → Privacidad y seguridad → Localización → Compartir mi ubicación → Buscar mi iPhone → Activamos las tres opciones.

No obstante todo lo anterior, a mí me sigue volando la cabeza la idea de que un perfecto desconocido se te acerque en un bar y empieces a pegar la hebra con él y acabe saliendo por patas con tu teléfono, después de que su colega te haya mirado por encima del hombro mientras tu desbloqueabas tu teléfono para no sé qué demonios. Será una cuestión cultural o será que no salgo de bares desde hace 17 años, pero no veo posible una escena así en un bar español, no porque seamos maravillosos sino porque nuestro contexto cultural en estos ambientes es otro completamente distinto. ¿O es que estoy muy viejo y no me entero de nada? 👴🏻

La ausencia digital

Como quizá hayas notado, esta semana he estado algo ausente, por motivos de saludo propios y ajenos. El pasado domingo no compartí desayuno contigo y tampoco publique mi newsletter de podcasting el martes; por supuesto, no grabé capítulos de Emilcar Daily ni lunes, ni martes, ni miércoles.

Cuando ocurre alguna de estas cosas, la audiencia suele ser comprensiva. “Será fiesta en Murcia” es la principal razón que algunos encuentran a mi ausencia. Cuando pasan los días y no hay Emilcar Daily, a la gente se le empieza a torcer el gesto. Y es algo que me encanta, porque eso significa que he conseguido ser parte de su día a día. A partir de ese momento se suceden los mensajes públicos y privados, por redes sociales y por cualquier medio, para interesarse por lo que me esté pasando.

Y yo avisé, aunque con poco alcance. El domingo por la tarde puse un mensaje en la comunidad de Weekly y el martes puse un tweet 🐦, aunque luego pude comprobar que se quedó en borradores y no se había publicado 🤷🏻‍♂️. Tendría que haber mandado también un toot 🐘, ahora que lo pienso 🤔

Mi reaparición creó además una paradoja temporal. Una vez dejadas atrás las brumas tenía hambre de micrófono, así que publiqué también un capítulo de Emilcar Daily el viernes, un día en el que sólo publico Weekly. Eso hizo que una pequeña parte de la audiencia dudara del día en que vivía 🤣

Durante estos días hice lo que pude por responder a todos los mensajes de preocupación. Algunos aprovechasteis el momento para dedicarme unas breves palabras de afecto.

El podcasting es MUY agradecido. Formas parte de la vida de la gente y todos tus esfuerzos se te devuelven por centuplicado. Además del feedback diario, en lo que soy muy afortunado, cuando comienza o termina una temporada es el momento en que la audiencia te suele manifiestar su agradecimiento. También ocurre de forma monetaria, cuando os suscribís a mis podcasts premium o a cualquier contenido de pago que genero. Pero sin duda estos momentos inesperados son los que generan una reacción espontánea que me llega más al corazón 🥰

Y ya está.

Hoy esta edición termina aquí. Espero que te haya gustado y que me vuelvas a conceder el privilegio de tu atención el próximo domingo.