🟠 Harto de dibujos animados

Enfoque Personal #112

Transferencias ⚡️

Esta semana hemos culminado dos cambios de ordenador en casa. Una vez comenzado el curso, Rocío se ha convencido de que, si bien mi antiguo MacBook Pro 16’ Intel que ha usado unos meses es un equipo maravilloso, no es tan portable como ella necesita para su desempeño profesional como abogada y profesora universitaria. Como su MacBook Air 13’ Intel se le estaba quedando corto, ha optado por comprarse un MacBook Air 15’ M2 al que hemos transferido la información desde su anterior equipo usando un cable Thunderbolt, el modo Target y el Asistente de Migración. Toda una experiencia que desde ya se ha convertido en mi favorita para migrar de un Mac a otro.

En la foto que acompaña este texto puedes ver un monitor de 27 pulgadas al cual está conectado el anterior equipo de Rocío mostrando el icono de conexión Thunderbolt para indicar que está en modo Target conectado por dicho interfaz. Debajo puedes ver la pantalla del MacBook Air 15’ M2 que con el Asistente de Migración mostrando que ya ha encontrado el equipo desde el cual copiar la información.

El proceso en sí de transferencia fue muy rápido (más que hacer y restaurar una copia de Time Machine bajo USB3) pero dejó en mí algunas dudas. En el cuadro de información vi que la velocidad de traspaso de datos oscilaba mucho; pude ver cifras tan bajas como 35 MB/s y tan altas como 202,9 MB/s. Siempre he entendido que entre las ventajas de la conexión Thunderbolt está no sólo la velocidad sino la estabilidad de esa velocidad; no es eso lo que me encontré en el proceso, pero desde luego el promedio fue suficientemente alto como para merecer la pena la compra del cable Thunderbolt 4, aunque un suscriptor de Weekly me explicó que este protocolo tiene la misma velocidad que Thunderbolt 3 y que la diferencia estriba en otras cosas que no tienen que ver con la transmisión de datos.

Libretas 📓

Ahora que mi hija Isabel va a usar el MacBook Air 13’ Intel que era de Rocío, necesita también su propio cargador, que tenía guardado en un cajón. Al ir a sacarlo, me encontré algunas de mis antiguas libretas. Aunque no te lo creas, yo he tratado en muchas ocasiones incorporar medios escritos manuales a mis procesos productivos. El más reciente y ordenado fue mi aproximación al Bullet Journal, que si bien no terminó de convencerme me enseñó mucho acerca de recopilar, de apuntar todo lo que se cruza por tu vida. Pero con anterioridad, también usé distintas libretas para tomar notas de tareas, ideas, información… todo ello sin demasiado criterio, en un intento de demostrar el movimiento andando. Soy muy consciente de las ventajas de los sistemas de escritura manual, tanto en la relación cognitiva que te une con lo que escribes a mano como en otros aspectos, aunque valoro más la omnipresencia y “procesabilidad” del dato digital. Sin embargo hoy me ha gustado ojear las páginas de esas libretas y encontrarme con viejas tareas y viejos proyectos inconclusos, como crear una web dedicada al insigne maestro Cristóbal de Morales (1500-1555). El soporte digital no tiene eso; aunque puedes buscar tareas hechas y te encontrarás muchas, pero tienes que ir a buscar algo a caso hecho, no te encuentras tu pasado productivo mediante un método tan natural para nosotros como es pasar páginas.

Creo que es Stephen Hackett quien ha comentado más de una vez que es un fanático de las Moleskine, que lleva toda su vida en ellas y que las tiene todas almacenadas y catalogadas por fecha. Es algo bonito, que te llama la atención cuando lo oyes, pero definitivamente algo que no es para mí, aunque en alguna ocasión pueda escribir algo a mano con el Apple Pencil, el Kindle Scribe o… simplemente una libreta 🤗

Harto de dibujos animados 😤

Estoy hasta las mismísimas narices de dibujos animados. Y no me refiero a las series que ven los niños, muchas de las cuales son auténticas obras maestras que disfruto enormemente, sino a las películas. Cuando llega el momento de ver una película en familia, los dibujos animados son casi la única opción cuando tienes hijos de 13, 10 y (sobre todo) 5 años. Pero no me resigno y he empezado a rebelarme. Estoy probando distintos géneros para encontrar puntos en común con mis hijos, películas que no sean de dibujos ni de corte infantil pero que ellos puedan ver. Saco a Miguelito (5) de esta ecuación porque muchas veces acaba durmiendo enseguida, pero tengo también que tenerlo en cuenta porque no quiero que vea una decapitación en los pocos minutos que esté despierto.

Es muy difícil encontrar películas completamente blancas, por ejemplo una comedia donde no haya referencias sexuales, implícitas o explícitas, o una película de acción donde no haya escenas crudas de violencia con sangre salpicando en todas direcciones.

He probado cosas.

Pensé que las películas de desastres naturales podrían ser una opción. Aunque hay de todo, suelen ser obras corales, con diversos grupos de personajes (incluso familias) a los que les pasan diversas cosas, y en raras ocasiones te encuentras cosas tétricas o tórridas. Siendo yo un gran fan del género repasé mentalmente y encontré una opción prácticamente perfecta: Volcano, protagonizada por Tommy Lee Jones (cuyo personaje además tiene una hija) y por Anne Heche. Fracaso. No les gustó nada y me dijeron que sufrieron como perros durante toda la película, angustiados por las situaciones de los personajes y por el destino de algún que otro animal doméstico. Después de esta les he propuesto otras y no han querido ni oír hablar del tema.

La comedia romántica es una apuesta casi segura. Sólo hay que tratar de encontrar una sin referencias sexuales. Y la encontré: Tienes un email, protagonizada por Tom Hanks y Meg Ryan. Aunque en algún momento dicen la palabra cybersexo, todo encajaba perfectamente, pero mis hijos no entendían nada del contexto tecnológico de la película y su desarrollo les aburrió soberanamente. Ni la hemos terminado de ver.

Anoche se abrió ante mí una nueva esperanza, las películas de bichos, otra de mis pasiones indisimuladas. Aquí hay que hilar mucho más fino. No les puedo poner, por ejemplo, el King-Kong de Peter Jackson porque hay unas escenas con los nativos de la isla bastante terribles y Emilio acabaría con pesadillas. Así que elegí Godzilla de 1997 dirigida por Roland Emmerich, una película que tiene más de blockbuster que de obra de género. La he comenzado a ver con Emilio y Miguelito y les ha encajado bastante bien, más allá de algunos comentarios quizá excesivamente empáticos con el monstruo. Aunque es muy muy muy difícil encontrar una peli de monstruos compatible con un niño de cinco años, espero que esto sea el comienzo de algo hermoso, el inicio de muchas y muchas películas de monstruos junto con mis hijos varones. Porque mi hija no estaba disponible anoche, pero ya me ha hecho saber en alguna ocasión que para esto con ella no puedo contar 😆

Y ya está.

Muchas gracias por acompañarme un domingo más. Mi comparecencia en tu buzón de email la próxima semana está en duda, porque estaré desde el jueves en Madrid para asistir a los Podcast Days. Si tú también vas a ir, no dudes en saludarme 👋🏻