🟠 El triunfo ante la incomprensión

Enfoque Personal #92

Feliz 25 cumpleaños 🖥️

Ayer fue el 25 aniversario de la presentación del iMac original. La idea de un ordenador que incluye la CPU en la pantalla no era ni mucho menos nueva, ya que ése mismo era el espíritu del Macintosh original. Apple supo renovar el concepto y presentar un dispositivo revolucionario que supuso el primer paso de la resurreción de la compañía y la base de la Apple que conocemos hoy.

En su segunda versión, presentada en enero de 1999, el iMac mostró sus espectaculares carcasas de plástico de colores transparente, de forma que podías ver lo que había dentro. Los colores iniciales (rosa, azul, violeta, verde y naranja) significaban toda una ruptura con el gris ordenador que protagonizaba el panorama en ese momento. Pero su revolución no era sólo estética. Desde su primera versión, incluía unos altavoces estéreo, sensor de infrarrojos, una unidad de CD-ROM, puertos USB y FireWire y un ratón tan espectacular como incómodo. La i significaba Internet y para ello el equipo contaba con un modem integrado de 56,5Kbps (aunque fue anunciado de 33,6Kbps) y un puerto de red 10/100. Y además de apuntar al futuro, tenía la osadía de no incluir una disquetera, motivo por el cual la prensa especializada no ahorró calilficativos negativos al nuevo equipo. Apple era así, letal con lo antiguo y osada con lo moderno, como por ejemplo cuando eliminó todos los puertos de sus portátiles dejando sólo puertos USB-C.

Desgraciadamente la Apple de hoy ya no es tan osada como lo era antes. Ya no es la Apple de los hambrientos, de los locos. Es la Apple de los tecnócratas. Por eso los portátiles de Apple abandonaron su valentía y ahora, además de los USB-C, tienen un HDMI, un puerto específico de carga y una ranura para tarjetas de memoria. Mientras, el iMac original se revuelve en su tumba, porque él sí se atrevió a ser osado, en unos tiempos donde la osadía se penaba con la quiebra. Cuando Apple más lo necesitaba se arriesgó y triunfó. Ahora que, literalmente, nadan en dinero, ahora que podrían arriesgar sin consecuencias, todo aquel atrevimiento ha desaparecido 😢

Más ARC 📝

En el capítulo 244 de Weekly contaba mis primeras sensaciones con ARC, el nuevo sistema productivo de Sergio Pantiga presentado en el libro del mismo nombre. Indicaba también que Sergio había presentado ARC en un capítulo del podcast en el que colabora, Aprendiendo GTD, pero que no había querido escucharlo para que las palabras de Sergio, su propia presentación del libro y del método, no mediatizasen mi opinión sobre él.

En estos momentos ya llevo más del 60% del libro, lo que equivale a haber leído las partes en las que expone los fundamentos principales del método. Sigo valorando mucho el trabajo que ha hecho Sergio y mi apreciación sobre su método coincide con la visión que él mismo tiene de su creación, pero sigo teniendo algunas reservas, las mismas que expresé en el capítulo de Weekly.

Quiero terminar de leer el libro y, tal y como ha pedido Sergio, darle feedback sobre varios puntos acerca de los cuales me surgen dudas metódicas. No quiero hacerlo ya porque estoy seguro que en lo que queda de libro se pueden resolver algunas de ellas.

ARC es un método que comparte las mismas raíces que el GTD, pero que despoja al proceso productivo de muchas de las absurdas complejidades que presenta el método creado por David Allen, reduciendo las barreras de acceso sin perder efectividad.

Desde que practico GTD he leído libros y artículos acerca de otros métodos. Incluso durante un tiempo, como experimento, práctiqué Bullet Journal. Sin embargo, esta es la primera vez que me planteo seriamente la posibilidad de cambiar de método 🤔

El triunfo ante la incomprensión ✊🏻

Hoy se celebra, al menos en España, el día de la madre. Y para mí quedará siempre marcado en el calendario como mi triunfo ante la incomprensión generalizada.

Conforme avanzamos en edad y nuestros padres también lo hacen, lo de comprarles regalos se vuelve más y más complicado. Sus aficiones van disminuyendo y tienen ya de todo porque han tenido, literalmente, toda una vida para ir adquiriendo cosas. Aun así, tengo cierta fama (entre mi mujer y mi hermana) de tener recursos casi infinitos a la hora de plantear regalos para nuestros mayores. Y este día de la madre no ha sido una excepción.

El pasado viernes, hace 9 días, me dirigí a Bricofermín (el Leroy Merlin murciano) para comprar algunos accesorios de jardinería (me habría llevado media tienda). De pronto, lo ví ahí, el regalo perfecto para mi madre, y así se lo hice saber a mi hermana, a quien envié inmediatamente una foto para obtener de ella el siguiente emoticono: 🤣

Días más tarde fue mi hermana quien me llamó para, entre otras cosas, fijar la cena de celebración del día de la madre (fue este pasado viernes) y hablar del regalo. Cuando le recordé la foto que le había enviado me dijo que no pensaba que estuviera hablando en serio, así que decidí que no quería excépticos entorno a mi gran idea y que era mejor que cada cual comprara su regalo por separado. Informé a mi mujer de mi intención y esobozó una ligera sonrisa de complicidad, porque ya tiene la experiencia de que estas ideas mías suelen llegar a buen puerto; no me apoyó incondicionalmente pero se mantuvo en un discreto segundo plano para ver el desenlace de las cosas.

Acudí el viernes sobre la 18:30 horas a Bricofermín (el Leroy Merlin murciano) para comprar el regalo y dejarlo en el coche, de cara a la cena familiar de las 21:00. Me acompañaron mi hija Isabel y una amiga suya, Chloe, la cuales, ante la presentación del producto, manifestaron una muestra de estupefacción, incomprensión y astenia adolescente. Busqué entonces consuelo en uno de los vendedores, gente que está allí para VENDER LO QUE SE A QUIEN SEA, y su media sonrisilla complaciente me demostró que no estaba del todo convencido de que aquello fuera un regalo ideal para el día de la madre. Pero fue peor la cajera quien, ante la exposición del caso, directamente me dijo "No te dejes el ticket de compra no sea que lo tengas que devolver". En ese momento comprendí que era yo contra el mundo. Y si el mundo me quería enfrente, enfrente me iba a tener.

Dado que el regalo tiene cierta envergadura, cuando llegamos al restaurante busqué la complicidad de un camarero para guardarlo dentro del local mientras nosotros cenábamos en la terraza. No sólo se carcajeó incrédulo ante mi idea, sino que además se lo contó a todos los demás camareros de tal suerte que, cuando entré al local a recogerlo, sentí en mi cogote miradas de espectación y uno de ellos, al verme entrar, me dijo señalando al almacén "Ahí esta lo suyo".

Salí con el regalo y, aun oculto a la familia, comencé la exposición. Le dije a mi madre que todos recordábamos su proverbial fortaleza, una muestra de tenacidad y fuerza física que le ha ayudado desde su juventud a desempeñar cualquier tipo de trabajo, asumir cualquier tarea doméstica y acometer cualquier proyecto. Señalé cómo, en su senectud, en el ocaso de su vida, en la recta final, cuando ya se intuye la llegada de la parca, esa fuerza había disminuido, y se veía obligada a recurrir a nosotros, sus hijos, a veces con agrado, a veces con enfado por haber perdido parte de la independencia que tanto ha valorado durante toda su vida. Le indiqué que era su obligación, y no una decisión voluntaria, recurrir a nosotros para las situaciones más complejas, pero que le iba a regalar un accesorio que le permitiría recobrar parte de su independencia en muchos momentos. Y le mostré el regalo.

Una carretilla que tiene la base plegable y el mango extensible, así como tres ruedas pequeñas en lugar de cada rueda lateral

Como quien abre un paraguas, como quien carga una escopeta, en dos rápidos movimientos abrí la carretilla para mostrarla en todo su esplendor, ante los ojos abiertos de mi madre y la carcajada general de los demás. Y entonces la vida se encargó de poner a cada uno en su sitio, porque mi madre estaba encantada. Nos contó que estaba usando una similar de IKEA, la mínima expresión de una carretilla, y que le era de escasa utilidad por sus limitaciones. Pero esta carretilla que yo le ofrecía era perfecta, porque no sólo incluye un sistema de gomas para asegurar la carga, sino que es mucho más grande y plegable al tiempo, y además cuenta con un característica especial que permite salvar escalones: tres mini-ruedas sustituyendo a cada una de las dos ruedas laterales habituales.

Se fiel a tus instintos, guíate por tus impulsos, que nadie te corte las alas, que nadie te robe el viento. Stay hungry, stay foolish!