Dónde pongo el telemprompter 🤷🏻‍♂️

Weeklyletter #84

Mi setup 👨🏻‍💻

Creo que finalmente he dado con la configuración de escritorio CASI perfecta para el estudio de casa.

Como puedes ver en la foto, tengo la RØDECaster Pro II a mi izquierda, donde también tengo el brazo del micrófono asido a la mesa, del cual cuelga un RØDE Procaster. También a la izquierda está el MacBook Pro 16’ Intel en un soporte BookArc de Twelve South. Preside la mesa un monitor LG 4K que tiene arriba una webcam Logitech Brio 4K y debajo un calendario estupendo que me ha regalado un oyente. Pegado al monitor, y por puro postureo, un Apple Pencil y, a continuación, una Xbox Series X.

Me gusta jugar y me viene bien jugar pero me cuesta encontrar tiempo. Siempre he pensado que la consola debería estar en el salón, con la TV de 55 pulgadas 4K y mi sofá, pero la realidad es que, desde que tengo la consola en el estudio, juego el doble. En enero jugué 5 minutos y en febrero ya llevo 10 minutos 😬

Los dos HomePod mini los uso para escuchar música (renacentista y barroca) en los momentos que puedo. Los tengo emparejados en estéreo y en el anterior setup uno de ellos estaba tapado por el MacBook Pro. El tapete negro que tengo bajo el teclado y el trackpad es fundamental para mí. No es gran cosa, una imitación en plástico del tacto del cuero, pero me evita el mucho más desagradable contacto con la mesa y su color negro crea contraste con el exceso de blanco de dicha mesa.

El talón de Aquiles de este setup es la grabación de vídeo. Ya he visto que la configuración ideal es poner el iPhone en un trípode justo entre el monitor y la RØDECaster Pro II. Esa ubicación (iluminación aparte) me proporciona un buen ángulo pero me quedo sin sitio material para poder poner algo que me haga de teleprompter y el resultado final es un poco agridulce, como puedes ver aquí. Si me grabo con la webcam, la calidad no es tan satisfactoria pero al menos puedo leer de la pantalla sin que “cante” tanto (ejemplo aquí).

Esta semana se trabaja 👍🏻

Dice la teoría GTD que, cuando estás en disposición de trabajar, debes mirar tus listas de contextos para ver qué cosas puedes hacer en ese momento y, de entre todas esas cosas, elegir para hacer primero la que consideres más oportuna. Puede parecer poco operativo pero cuando coges práctica te aseguro que funciona… si te dejan.

Como muchas teorías de productividad, el GTD se define para unas condiciones óptimas de presión atmosférica y temperatura que rara vez se dan cuando trabajas para otros. No digo que la vida del autónomo sea un camino de rosas, pero un trabajo de oficina con clientes por el flanco izquierdo y jefes por el derecho tiene más de escenario militar que de entorno laboral.

Pero este semana no. He tenido reuniones, sí, y reuniones con jefes, compañeros, clientes y hasta el ayuntamiento. He tenido que preparar esas reuniones y disponer también qué hacer a continuación. Pero el resto del tiempo ha discurrido con normalidad, no han existido urgencias impuestas que atender por encima de todas las cosas. He podido, por primera vez en lo que va de año natural, trabajar continuadamente en función de mis contextos y no de lo que me impone el entorno. Y HA SIDO UNA SEMANA ENORMEMENTE PRODUCTIVA.

Es un verdadero placer ver cómo avanzas a gran velocidad, marcando como hechas decenas de tareas e incluso algunos proyectos. Hacer ✅ muchas veces no determina que estés siendo realmente efectivo pero cuando ambos elementos se combinan (haces muchos ✅ y además estás siendo muy productivo) la vida es maravillosa 💖

Dulces trashumantes

Al igual que otras muchas familias, la de mi mujer tiene por tradición juntarse un día a principios de diciembre para elaborar juntos los dulces navideños familiares. En este caso se trata de algo denominado tortas de recao, un dulce que supongo presente en otras partes de España con otros nombres, y que se define como una especie de pequeña torta de masa, coronada por almendra triturada, embadurnada en miel y con un toque de anís, porque son pocas las tradiciones familiares exentas de alcohol 🤷🏻‍♂️ 

Este pasado mes de diciembre no pudimos acudir al evento, y además no se cocinaron grandes cantidades. Una cosa llevó a la otra y hasta el día de Reyes mis suegros no nos habían ofrecido tortas. Ese día salimos de su casa con dos pequeños envases de plástico con tortas, uno para nosotros y otro para mis padres, quienes lo habían pedido activamente.

Con el coche rojo 🚗 lleno de regalos, llegamos a casa sobre las 20:00 del día de Reyes. Al abrir el maletero, algunas cosas cayeron al suelo, entre las cuales estaban los dos envases de las tortas. Uno de ellos se abrió, saliendo despedidas cuatro tortas contra el suelo del garaje, una de las superficies más sucias de la Tierra. Mi mujer se puso lívida de cólera, porque en su cultura las tortas de recao son un manjar valioso y excepcional (como para los Oompa Lommpas los granos de cacao), un privilegio que sólo te acaricia una vez al año. Con tres niños cansados, decenas de regalos y ausencia de manos libres, cogí las tortas que yacían sobre el suelo y, a falta de una mejor idea, las puse sobre el techo del coche, para más tarde bajar a por ellas con una bolsa en la que mandarlas a su viaje final.

Pero hete aquí que ello no sucedió.

No volví a coger el coche rojo 🚗 hasta pasada una semana. Cuando aparqué en la puerta de casa de Paco (cercana a la mía), presto para grabar Están locos estos romanos, José Miguel me preguntó: «¿Por qué llevas dulces en el techo del coche?». Le expliqué la anécdota pero la urgencia por entrar a grabar me disuadió de retirar los dulces. Tras la grabación fuimos a cenar algo a un local de la cercana pedanía de Puente Tocinos, pero la miel proporcionaba a las tortas una agarre al techo superior a la fuerza centrífuga de las muchas redondas que tuvimos que transitar de camino a la cena. El viaje de vuelta tuvo similares efectos, es decir, ninguno.

Ese domingo mi mujer tuvo que ir a Cartagena para hacer unos exámenes a sus alumnos de Derecho Penal y a su regreso las cuatro tortas seguían en el techo. Ida y vuelta de 47 km, el puerto de la cadena y velocidades superiores a los 100 km/hora nada pueden contra la miel de unos dulces tradicionales de la Huerta de Murcia.

El pasado sábado fui a Alicante para encontrarme con unos amigos y, durante el viaje de ida, escuché subrepticiamente un ruido en el techo. Una mirada por el retrovisor me confirmó que al menos una de las tortas había perdido su asidero y se encontraba dando botes sobre la autovía A-7. Afortunadamente no había ningún coche detrás, porque una torta de recao que ha pasado dos meses a la intemperie se encuentra entre las diez sustancias más duras conocidas por la Humanidad. Sin embargo, tanto al llegar a Alicante como al volver a casa, pude comprobar que las otras tres tortas seguían perfectamente en su sitio. Lamento profundamente no haber comentado esto con mis amigos porque, conociéndoles, habrían sacado mucho partido de esta anécdota.

Foto de las 3 tortas supervivientes en el techo del coche. Están en un lado, como pegadas al portaequipajes.

Llegados al día de hoy, he tomado la decisión de dejar las tortas supervivientes en el techo del coche. Vamos a ver cómo actúa el destino sobre ellas y cuánto tiempo son capaces de aguantar ahí arriba

Foto del envase de plástico pegado a la pared de la cocina

No es la primera vez que hago este experimento. Un día, por circunstancias todavía no aclaradas, un envase de plástico ya vacío que contenía nosequé se quedó pegado en la pared de la cocina. Creo recordar que estuvo ahí unos 6 meses, pese a que dificultaba la apertura de un armario (vivía solo, como puedes suponer). A ver lo que duran las tortas. ¿Apuestas?

Y ya está.

Escribo todo esto tan divertido porque estoy muy feliz de ver lo bien que van mis podcasts premium, tanto Weekly como Emilcar Daily Premium. Échales un ojo para ver cual te encaja mejor y suscríbete para mantenerme feliz y escribiendo estas cosas tan chulas 😘