🟠 Andrés y Carmen

Enfoque Personal #126

El último en llegar 😅

Desde hace ya algunas semanas Notion está formando parte fundamental de mi sistema de generación de contenidos y manejo de información. Creo que el boom de Notion en redes sociales y en todas partes llegó por lo menos hace un año y tengo la sensación de que soy el último en llegar, pero no está mal.

Cuando esta aplicación comenzó a aparecer en todos los podcasts y canales de YouTube y pude probarla, generé inmediatamente una opinión positiva de ella por sus indudables ventajas, pero asimismo creció en mí un temor para nada injustificado.

Le tengo mucho miedo a esas apps donde la gente manifiesta tenerlo TODO y que dicen que la usan para TODO y que cuentan que ahí lo pueden llevar TODO: tareas, documentos, mapas mentales, PDF, notas, información… El motivo de mi temor no es otro que un conocido elefante verde: Evernote. Lo que quizá recuerdes como una simple aplicación de notas enriquecidas era, en la pasada década, lo más parecido a una aplicación ómnibus que podíamos tener. Yo tenía TODO en Evernote e incluso pagaba, muy a gusto, el plan premium, cuya funcionalidad más adorada por mí era que hacía OCR instantáneo de cualquier PDF que le echaras. En aquellos años los PDF se obtenían por escaneo simple, mientras que hoy el 95% de los PDF que consumimos han sido generados desde otra fuente, por lo que llevan el texto automáticamente reconocido. Poder convertir decenas de documentos escaneados (principalmente escrituras) en PDF “buscables” era una funcionalidad por la cual una persona adulta podía llorar.

Evernote comenzó una extraña deriva, complicando su interfaz, añadiendo funcionalidades que nadie había pedido y que estorbaban, y dejando de hacer bien lo que antes era su función principal. Me costó un horror salir de allí y de hecho hay mucha gente que no lo ha conseguido. Cierto es también que algunos no quieren salir, no todos tenemos por qué pensar igual.

Con ese antecedente vivo en mi memoria, me resultaba imposible adoptar una aplicación nueva, dedicarle toda mi esencia vital hasta dominarla, crear plantillas, COMPRAR plantillas, meterle horas y horas… para luego ver cómo decisiones empresariales extrañas ponen en peligro todo lo hecho. Además, yo ya tengo un buen ecosistema de aplicaciones dominado, no tengo ninguna pata que cojee: Spark, OmniFocus, Obsidian, DEVONthink 3, Notas, Fantastical… ¿En qué puede mejorar Notion lo que hacen estas aplicaciones?

Para mí la adopción de Notion ha venido desde que he dejado de pensar en esta app como una sustituta para todo. Mi buen amigo Víctor Correal ha publicado recientemente un vídeo donde cuenta como él sí lo tiene TODO en Notion, un vídeo del que he sacado algunas enseñanzas interesantes.

Si este vídeo me hubiera llegado hace dos o tres meses, conociendo la influencia que tiene Víctor en mí, me hubiera hecho temblar las piernas. Pero no. Afortunadamente me ha llegado en un momento en el que he madurado la idea de lo que el potencial de Notion puede hacer por mí. Partiendo de las plantillas de dos titanes como Víctor Millán y Chus Naharro, estoy terminando de depurar mi propia plantilla para creación de contenidos, seguramente el único punto débil de mi sistema actual, en el que los temas para tratar en podcasts, vídeos o newsletter estaban en una simple lista de OmniFocus. Ahora los tengo en una tabla/base de datos de Notion, su killer feature. Allí escribo el título de la idea, una URL de referencia e indicaciones sobre el tema del que versa y el medio donde podría publicarla. Cuando quiero preparar un podcast o una newsletter sólo tengo que ir a Notion y filtrar para ver lo que tengo. En esa misma tabla anoto cuando un tema lo he tratado, en qué fecha y la URL de publicación, así como la posibilidad de sacar contenidos derivados de esa publicación.

Como digo, el vídeo de Víctor me ha dado otras ideas, y mi vuelta a la música también me va a proporcionar nuevas perspectivas sobre el uso de Notion. Voy a usar esta herramienta más cada vez, pero nunca será (ni lo deseo) ese monstruo gigante donde lo tenga TODO.

Esta semana, en Emilcar Daily Premium… 🟡

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He grabado capítulos MÍTICOS con Rocío, pero creo sin temor a equivocarme que este va de cabeza al top 3.

Andrés y Carmen 🧑🏼‍🦱

Hace años había una cafetería cerca de mi oficina regentada por Andrés y su hermano. Trabajaba con ellos la novia de Andrés, Carmen. Era un sitio de cierto éxito entre los trabajadores de la zona, y en los fines de semana también contaba con el favor de la muchachada, que se apretaba allí tremendos bocatas antes de proceder a llenar de alcohol el resto del espacio disponible en sus cuerpos. La cafetería de Andrés estaba al principio de la zona que se conoce en Murcia como «las tascas», por lo que la ruta a recorrer se prestaba a usar este establecimiento como primera parada de una noche legendaria.

A Andrés le volvía loco el fútbol, tanto seguirlo como jugarlo de forma amateur, cosa que hacía con algunos amigos con cierta frecuencia. Andrés no tenía 30 años todavía y no estaba ni gordo ni flaco; Carmen era muy atractiva, morena, menuda, ojos grandes, boca grande, muy parlanchina y muy alocada. Trabajaban a destajo para construir su presente y su futuro.

Imagen generada por IA de la pareja en cuestión, con un estilo ensoñador. No ha quedado mal, la verdad.

Andrés era de Argelia. No sé desde cuándo estaba aquí pero me enteré de su origen cuando yo ya llevaba mucho tiempo acudiendo a su cafetería. Su acento no destacaba nada y su aspecto, para mí, tampoco era indicativo de una u otra procedencia. Un verano se bajó con Carmen a su pueblo para que conociera a su familia. Nos mostraron fotos del viaje en las que se la veía a ella ataviada con ropa tradicional del país y en las que destacaban sus ojazos profusamente adornados, algo de lo que Carmen se sentía especialmente orgullosa. Nos contó, con su habitual pasión, que estaba pensando convertirse al Islám. No recuerdo que Andrés fuera especialmente practicante de su fe, pero tampoco le echamos muchas cuentas porque Carmen era muy fantasiosa y claramente había quedado seducida por el exotismo de Argelia y de las costumbres religiosas de su familia política.

Una noche de octubre, Andrés volvía de jugar al fútbol con los amigos. Llegó a casa, se duchó, cenó y se metieron en la cama. Y Andrés se murió, de repente. Algo falló en su corazón, seguramente una de esas malformaciones que están ahí desde el día que naciste y que marcan tu destino sin que lo sepas, dejándote jugar una partida de naipes en la que las cartas están marcadas en tu contra.

Se celebró un funeral en uno de los tanatorios de Murcia y parte de la clientela oficinista de Andrés acudió para darle un último adiós y para consolar a Carmen, que estaba rota por el dolor.

La madre de Andrés vino desde Argelia para hacerse cargo del cuerpo de su hijo. El Islám rechaza de plano la incineración porque esperan la resurrección del cuerpo. Hay que reconocer que en este sentido son más consecuentes que los católicos, quienes pensamos que ya se las apañará Dios en su momento para volver a recrearnos. Los musulmanes se entierran en tumbas orientadas hacia la Meca, contando como mucho con una escueta lápida. Sin flores, sin adornos, sin monumentos.

Así que la madre de Andrés y sus hermanos se llevaron su cuerpo a su pueblo, para darle la sepultura adecuada a sus creencias. Tras unas semanas dejando en orden sus cosas, Carmen decidió trasladarse allí, para poder estar más cerca de Andrés. Creo que acabó volviendo a Murcia, y al parecer, un antiguo cliente la llegó a ver trabajando en alguna panadería o confitería del centro.

Y ya está.

Lamento dejarte con mal sabor de boca, pero conté la historia de Andrés en la que fuera versión premium de esta newsletter hace ya tres años, y sentía que debía compartirla con más gente. Voy a repasar aquellos contenidos y a compartirlos de nuevo si veo que resultan interesantes. Y recordar a Andrés y Carmen me lo ha parecido 💔

La semana que viene es Domingo de Ramos y al que no estrena algo ¡¡le cortan las manos!! 😱 así que ándate con ojo. Eso significa también que entramos en terreno pantanoso vacacional y que puede que falte a algún compromiso dominical.

No me lo tengas en cuenta 😉